Con mucha frecuencia, cuando iniciamos camino en el emprendimiento para desarrollar nuestro producto o empezar una empresa, focalizamos en cómo se desarrollará, que aportamos a la sociedad, como resolveremos problemas…. En un mundo cada vez más competitivo y cambiante, donde la flexibilidad y la adaptación es clave, también sigue siéndolo la diferenciación. Proliferan miles de empresas dedicadas a la tecnología, la inteligencia artificial y otros campos de innovación de las cuales hemos de diferenciarnos. Para ello, además de tener un producto de valor, es importante saber cómo comunicarlo. En este artículo hablamos de cómo el diseño debe ser una rama importante en la construcción de tu producto o empresa para que esta llegue lo más lejos posible.
Diseño visual: Cómo hemos comunicado durante la historia
El diseño visual es clave para que tu marca y producto se comuniquen de la manera más efectiva posible. Cuando nos enfocamos en el negocio, solemos dejar de lado esta parte, pero nada más lejos de la realidad: una marca con un buen diseño puede incrementar su alcance y sus ventas, y viceversa. (ampliar)
De los inicios a la Edad Media
Desde el inicio de las sociedades asentadas (y, por tanto, de la economía y los negocios) ha sido necesario diferenciarse unos de otros. Además, a lo largo de la historia ( y del arte), la comunicación visual ha sido clave para propagar los ideales de una sociedad, comunidad o tendencia religiosa. Por ejemplo, y como menciona Satué, “el Cristianismo elabora una verdadera política de imagen gráfica de grandes proporciones”. Se desarrolla un cuerpo iconográfico propio, que le identifica y tan resistente, que dura durante siglos. También los emblemas que lucían en los estandartes, la ropa y otros objetos producidos en las cortes reales eran una forma de comunicación visual de un emperador y su poder. Más adelante y con el nacimiento de las ciudades medievales, donde con el paso del tiempo proliferan los negocios, se inicia un método de comunicación gráfica para identificar y diferenciar unos de otros.
Las vanguardias y el diseño gráfico como disciplina
Más adelante nace el cartelismo como forma de comunicación y ya en las vanguardias artísticas iniciadas en torno a 1910 se abre el camino al diseño gráfico que conocemos actualmente.
El uso consciente de la composición, la tipografía y el color con fines comunicativos y la aplicación de mensajes políticos y empresas emergentes fue la esencia de lo que ahora conocemos como branding y comunicación de marca. Se inicia entonces “la era de la lucha por el dominio del mercado a través de la imagen de identidad (…) y del enorme aparato publicitario montado alrededor”.
Y es que hoy, casi 100 años más tarde de que el diseño gráfico se introdujese como disciplina en la escuela Bauhaus, la publicidad y la imagen gráfica siguen siendo claves en la elección del cliente cuando busca a quién contratar o en quien invertir. Así que, teniendo al alcance miles de profesionales del diseño gráfico, la publicidad y la estrategia, ¿por qué no empezar a comunicar tus ideas y valores del producto no solo por escrito sino también con una identidad de marca?.
Cómo empezar a introducir el diseño para comunicar tu misión o producto
Naming y valores de tu producto
Aunque parezca obvio, los primeros pasos van encaminados por el naming y el branding. Cuando nos viene a la cabeza una idea y tras iniciar el proceso de desarrollo (si no sabes de qué te hablo, revisa este artículo), es esencial saber cuáles son los valores de marca y cuál es el nombre que va a definirnos y hacernos reconocibles. Ya que el naming no es una de mis disciplinas de especialización, recomiendo siempre la figura de Fernando Beltrán y su libro para aprender más sobre la construcción de un buen naming y del que puedes leer una reseña aquí.
Una vez tengamos los valores y el nombre, podemos comenzar a explorar los colores que nos representarán.
El uso del color en tu identidad de marca
Comúnmente, para definir una paleta de color podemos guiarnos por las referencias a las que se asocia nuestro producto o por la psicología del color. Es importante en este punto saber a qué mercado nos enfocamos, ya que no todos los colores se interpretan igual en las diferentes partes del mundo (como te cuento aquí).
Cuando definamos los colores hay que saber utilizarlos de manera coherente. Para ello, un truco habitual es la regla de 60-30-10, estableciendo una jerarquía de color asociada a los diferentes elementos en el producto o la comunicación off/online. A su vez, escoger una paleta tipográfica (aprende más sobre eso aquí) será clave para definir el tono en el que nos comunicamos, ya que las formas y composición de los textos en el espacio nos ayudarán a transmitir diferentes ideas (pero ¡ojo!, que las tipografías cuentan con restricciones de uso que debes conocer y que Gràffica te explica aquí).
Esta base de identidad visual te permitirá comunicar de manera efectiva tu producto en presentaciones, en redes sociales o en tu web. Aunque sea un buen comienzo, no hay que olvidar que para un desarrollo de marca completo (más allá de la visualización, apostando por una manera efectiva de comunicar y con una estrategia clara) y aplicado en todos los ámbitos donde tu producto será presentado, lo más idóneo es acudir a los servicios de profesionales gráficos.
Diseño de la experiencia de usuario
Cuando escuchamos hablar de experiencia de usuario pensamos directamente en el producto digital. La experiencia puede ampliarse más allá del producto o hacer de la experiencia algo global. Cómo nos comunicamos, cómo perciben los usuarios y el público nuestra marca y mensaje, qué les ofrecemos, cómo pueden mejorar con nosotros…. Y sobre todo, ¿Qué pasa si nos eligen? Tener el control de lo que van a experimentar, de garantizar la mejor impresión y que podamos ofrecer soluciones realmente valiosas es importante y es la manera de certificar una buena experiencia del usuario.
Esta experiencia puede empezar desde la identidad visual, haciendo que se sientan identificados con los colores, las formas o el mensaje y como es transmitido. Si los usuarios reciben la información con una apariencia visual atractiva, será más fácil que se adentren a explorar el producto o empresa. Por eso, cuando pensamos en el diseño gráfico no debemos hacerlo a modo decorativo, sino como un sistema por el que crear un vínculo con usuarios potenciales. En todo momento, por tanto, pensamos en la experiencia del usuario que nos conoce.
Conclusiones
Independientemente de tu producto, dedicar parte del presupuesto y del tiempo de desarrollo a establecer una buena identidad visual es necesario para que todas las ideas se comuniquen eficazmente. Esto no es novedad, sino que es algo que lleva realizándose desde hace siglos: en las primeras etapas de los negocios ya resultaba de vital importancia hacer que los elementos gráficos descatasen las fachadas para que los clientes encontrasen el mejor sitio donde comer, la mejor tienda de telas y de otros productos. O tal vez no era la mejor, pero sí que era la que más había cuidado de su comunicación y de como se proyectaba hacia el exterior. Es decir, de su marca.
La inmensa mayoría de personas nos dejamos llevar por nuestras percepciones visuales, con lo que es importante que también aquí podemos destacar. En un contexto globalizado donde hay miles de profesionales y empresas, el diseño juega un rol crucial en la diferenciación de tu producto.
Puede contribuir a una mejor experiencia del cliente a la par que comunicar nuevas ideas, reforzando el mensaje principal y valores de tu marca. Cualquier representación visual de la marca no puede entenderse sin el diseño que, mediante la tipografía, color, composición y otros recursos gráficos, contribuye a crear identidad.
Así que si tienes un producto o empresa y aún dudas sobre si el diseño puede ser algo importante en lo que invertir, tengamos una reunión para poder asesorarte basándonos en tus necesidades.
Bibliografía recomendada
Satué, E. (2023). El Diseño Gráfico. Desde Los Orígenes Hasta Nuestros Días. Alianza Editorial Sa.
Barnicoat. J (2011). Los carteles. Su historia y lenguaje. Gustavo Gili.