Índice
- Introducción
- Estrategia y diseño van de la mano
- La importancia del diseño para el pequeño negocio
- Hacer ver el valor del diseño
- Conclusiones
Introducción
Cuando un negocio se enfrenta a un traspaso, una renovación o un nuevo enfoque, a menudo pasa por la cabeza la posibilidad de hacer un nuevo diseño para el logo y un cambio de estética que se ajuste mas a las necesidades actuales y de futuro. En cambio, ocurre que a menudo que no se conocen bien los pasos a seguir o el objetivo para que este rediseño sea exitoso y cumpla con los propósitos que se le asignan.
Dada la educación a lo largo de los años y la concepción social hacia las tareas artísticas donde se incluye el diseño, es común encontrarnos con multitud de personas que consideren las tareas y proyectos de esta profesión como irrelevantes, sencillos, demasiado artísticos o de tan poca exigencia intelectual y de destreza que son asequibles para ser realizados por cualquier persona.
Además, encontramos con que son muchos los negocios que desconocen los beneficios que el diseño puede aportar, las nuevas opciones de proyección que puede presentar y, a fin de cuentas, no saben que el diseño también es un motor para incrementar los beneficios.
A lo largo de este breve artículo pondremos en valor el papel del diseño así como de la estrategia, pilar clave en cualquier proyecto de comunicación. Además, exploraremos la importancia del diseño para el pequeño negocio y cómo desde la posición de diseñadores podemos ayudar a revertir los tópicos e ideas sobre la profesión. ¿Preparado?
Estrategia y diseño van de la mano
El diseño sin estrategia no tiene sentido. La estrategia, sin una plasmación real, tampoco. En muchas ocasiones nos encontramos con que los clientes necesitan un resultado que se ajuste a su idea, a su imagen mental, que habitualmente tiene que ver con la parte visual o de diseño antes que con la estratégica. En cambio, es crucial entender que cuando se afronta un proceso de diseño, a cualquier escala, existe una gran relación con la estrategia.
Al diseñar un cartel hay que pensar en qué y como comunicar, los diferentes soportes, el tipo de público y el mensaje que queremos transmitir. Con proyectos de mayor envergadura como el diseño de producto, esta relación cobra aún más sentido. Aunque hablaremos de estrategia y diseño en los próximos posts, es importante quedarse con la clave: todo diseño debe ir acompañado de una estrategia y un objetivo. Si no, simplemente estaremos generando elementos para decorar, ni siquiera para comunicar.
La importancia del diseño para el pequeño negocio
¿Realmente le hace falta el diseño al pequeño negocio, como una tienda de ropa o un salón de belleza? Aunque pueda parecer extraño, si.
En los negocios físicos, el diseño esta presente en multitud de elementos: desde el logo y la cartelería que se presente en el espacio, hasta el escaparatismo y decoración interior, así como todos los elementos y papelería de empresa, que suele ir diseñada con la imagen grafica y la identidad visual. Además, en un mundo hiper conectado donde la barrera entre lo online y lo offline está cada vez mas disuelta, no se puede pasar por alto.
¿Cómo puede ayudar el diseño a un negocio, de cualquier nivel?
Como hemos hablando a lo largo del articulo, el diseño no solo adorna, sino que es una herramienta esencial para la comunicación de los valores, misión y esencia de una marca, llevando a incrementar la difusión del mensaje y de las posibles ventas. Por tanto, el diseño puede ayudar de múltiples maneras a un negocio.
Dotar de una identidad visual y establecer un posicionamiento
No solo en el mundo digital, aplicar una buena identidad de marca si tienes un negocio físico puede traer muchos beneficios. El primero, quedar en la memoria de la gente por tu identidad visual y diseño diferencial. Por otro lado, permite comunicar con elementos del mundo físico, pudiendo extender la marca en bolsas, empaquetados, etiquetas y otros elementos que pueden ser reutilizados. Imaginemos las bolsas de rafia con la marca de un negocio. A más usos de la bolsa, mayor promoción con una inversión mínima. El diseño además es esencial para tener presencia, dado que un rotulo, unos colores y una decoración que nos diferencie y comunique el propósito hará que el cliente nos perciba de otra forma, llegando a considerarnos un sitio mas fiable, limpio y de confianza que otro con una apariencia mas común o descuidada.
Digitalizar una marca y abrir una nueva área de negocio
Las marcas del mundo físico se enfrentan al doble reto de tener que estar online. Gran parte de las comunicaciones, de la interacción y del alcance suceden ya en el mundo online. Y no hablamos de grandes posicionamientos: algo tan simple como poder consultar el catalogo de la tienda o el horario de apertura online son exigencias del consumidor del momento. Por ello, cuidar de la parte visual y tener una estrategia de comunicación digital hará que el negocio pueda gozar de todos los beneficios, tanto del mundo online como del offline.
La comunicación digital (para la que debe adaptarse la estética, los logos, y toda la identidad visual) ayuda a alcanzar nuevos clientes, a menudo de otras localidades, que pueden comprar los servicios de forma online o incluso tenernos en mente para acudir a la tienda si en algún momento visitan la localización. Además permite enseñar los productos de una forma dinámica, así como las novedades y los cambios, y crear una comunidad online que esté conectada y atenta a las actualizaciones.
Transmitir la marca en las comunicaciones
El mundo online ofrece la oportunidad de llevar más allá la marca y apostar por ella para hacerse reconocible en todas las comunicaciones. La forma de hablar en redes sociales (el tono de voz), la elección de ciertas redes sociales así como los elementos gráficos que se generen son una gran oportunidad para darnos a conocer. Si hay que realizar una presentación o elaborar un documento para posibles clientes o proveedores, siempre causaremos mejor impresión si estos llevan aplicados los elementos gráficos de la marca. De la misma manera, de cara al cliente físico y online, comunicarnos con ellos desde una posición de relevancia otorgada por la profesionalidad de un buen diseño puede favorecer el negocio y ayudarnos a lograr mas ventas.
¿Aún no te lo crees? Voy a contarte mi historia con Fire&Fable
Te voy a contar un ejemplo sobre este último caso. Hace unos meses tuve que viajar a Cartagena, Murcia, durante una semana. Casualmente, un par de días antes de emprender mi viaje, me apareció por Instagram una cuenta a la que seguía desde hace algún tiempo, las chicas de la tienda de velas Fire&Fable (visita su tienda online aquí). De repente me di cuenta de que algo conectaba Murcia con esta tienda. Decidí mirar la localización y se hizo la magia: la tienda estaba en Cartagena.
Gracias al contenido y posicionamiento online de esta tienda, local y con una sola sede física, como clienta decidí visitar la tienda y hacer una compra que no había realizado nunca online (por no saber si las velas olerían exactamente como a mi me gustan, o no). Una de las tardes de mi viaje fui a comprar dos velas, las cuales pude escoger a mi gusto y con seguridad y volveré a comprar, esta vez online, cuando se agoten. Este es un claro ejemplo de como la apuesta digital de este negocio resultó en una conversión en ventas de seguidores online.
Hacer ver el valor del diseño
Lo cierto es que a menudo, los profesionales creativos nos encontramos con el cuestionamiento de nuestro trabajo. Podemos escuchar infinidad de comentarios, desde menospreciar el esfuerzo, el tiempo dedicado, o los precios de los servicios que se imparten.
Pero esto no ocurre con otras profesiones. ¿Te imaginas cuestionar el precio de una reparación de fontanería? ¿O decirle al propietario de un taller de automóviles que tu mismo puedes reparar y pintar tu coche? No es algo que suele suceder. En cambio, es el día a día del sector del diseño, la ilustración, la cultura, las artes, el teatro…
Desde nuestra posición, ¿Qué podemos hacer? La sociedad, el sistema y la educación son parte del problema de desprestigio y desvaloración de las artes a cualquier nivel. En cambio, hay algunas cosas como diseñadores y creativos que podemos hacer para hacer que esta situación sea menos perjudicial.
Aportar información que pueda ayudar al cliente a entender nuestra tarea
En primer lugar, puede ayudar a que los clientes entiendan y valoren mejor nuestro trabajo si dedicamos tiempo a educar sobre nuestra tarea. Enseñar ejemplos de nuestro trabajo, definir claramente las tareas y el alcance y aquello que implica nuestra profesión. Podemos hacerlo mediante reuniones, un dossier, referencias y todo aquello que pueda ayudar al cliente a entender qué hacemos y por qué es importante nuestro trabajo. Además, es de vital importancia que tanto los diseñadores como los clientes fijen cual es el propósito del servicio de diseño, para tener siempre un objetivo y transitar en común hacia el mismo horizonte. Cuando se pierde o no existe el foco, un foco más abstracto que con una forma física como un logo, la tarea de valorar el diseño es casi inexistente.
Valorar nuestro propio trabajo, incluyendo a nivel presupuestario
Aunque dediquemos tiempo a educar al cliente, no debemos perder el foco: valorar nuestro trabajo es el primer paso para que lo valoren los demás. Saber marcar limites, definir los pros y contra de invertir tiempo en ciertos procesos y escoger si vale la pena empezar a trabajar o no con ciertos clientes es crucial para definir nuestra propia profesionalidad.
Para ello, hay que valorar los posibles proyectos desde varios puntos de vista: la satisfacción, la proyección e importancia a nivel laboral y el beneficio económico. Podemos encontrar proyectos espectaculares en satisfacción y proyección pero de muy baja remuneración. Por contra, otros pueden traernos una ganancia importante pero resultar perjudiciales a nivel de salud mental.
Aunque todo trata de una decisión personal, es esencial saber que somos personas creativas: la satisfacción con el trabajo así como la libertad creativa, los retos y el bienestar son claves para generar ideas, entrar en los procesos creativos y sacar resultados de alta calidad. Por eso, en ocasiones, vale la pena apostar por la satisfacción frente al beneficio económico.
Educar en la creatividad a nuestros conocidos y alumnos, si somos docentes
Aunque esta tarea puede ser un poco difícil de abarcar para los diseñadores de forma individual, es esencial aportar nuestro granito de arena a esta situación. La falta de educación artística en las etapas superiores (ESO, bachillerato) y de formación en cuanto a las tareas, valor y posibilidades de los diseñadores o ilustradores son una de las grandes causas para el desprestigio de estas profesiones.
En una cultura donde la parte creativa queda relegada frente a tareas “que sean, de verdad, productivas”, es común encontrar personas que califican el trabajo de los ilustradores como “hacer dibujitos”, o de los diseñadores como “hacer un logo” y “hacer cosas con photoshop”. A su vez, son muchos los que opinan que estas tareas son irrelevantes o sencillas de hacer.
En cambio, la programación, las matemáticas y otras áreas de conocimiento, específicamente científicas, tienen desde hace siglos una consideración muy distinta. Por herencia cultural y por la educación actual, que relega la parte artística y de pensamiento critico a un segundo plano, encontramos priorizadas las categorías científicas.
Educando a nuestros conocidos, mostrando nuestro trabajo, hablando sobre los procesos y poniendo en valor el trabajo de precedentes e el sector, podemos contribuir a que la sociedad tenga mayor consciencia sobre las profesiones artísticas.
Conclusiones
A menudo podemos encontrarnos con reticencias a apostar por el diseño en negocios, especialmente en autónomos y PYMES. Lo cierto es que el diseño puede ayudar a las empresas a posicionar su marca, a hacer valer sus servicios y productos y a ser visible para sus clientes en el entorno online y offline.
Por medio del diseño es posible comunicar los propósitos, valores y misión de la marca a la vez que dotar de una identidad memorable que les identifique. Para contrarrestar las ideas y opiniones existentes sobre el diseño como algo meramente decorativo o poco funcional, es esencial como profesionales hacer valer el trabajo. Explicar claramente los objetivos, alcance y recursos finales de los proyectos. También es crucial que desde el inicio de la enseñanza y por medio de la educación artística se ponga en conocimiento de los niños, futuros empleados y emprendedores, el valor que puede tener el diseño para propósitos comunicativos y de negocio.
El diseño no es solo la parte bonita: es estrategia, comunicación y un punto diferenciador para los negocios. No te quedes atrás y empieza a descubrir lo que una identidad visual y estrategia de marca puede aportar a tu propuesta de valor.