Índice
- Introducción
- Lo que me motiva cuando me planteo programar
- Motivación intrínseca antes que la extrínseca
- Aprendizaje basado en la práctica: adquirir conocimientos e integrarlos en tu proceso
- Conclusión
Introducción
Que se nos atragantase una materia en el colegio puede verse como cosa de niños cuando tomas distancia y eres adulto. Pero muy a menudo, también nos resulta difícil estudiar cuando somos adultos y no solemos estar preparados para asumirlo, ya que se considera que estamos fracasando.
Se asocia la dificultad de los pequeños con una incapacidad para asumir tanta información o para concentrarse. Y cuando nos encontramos con el mismo problema de adulto, no sabemos cómo abordarlo. A mí me ha pasado esto con la programación.
En este post te cuento sobre mi experiencia y la motivación enfocada a nuevas áreas de conocimiento. También trataremos las diferencias entre motivación extrínseca e intrínseca y por qué esta última es clave para que cualquier estudiante llegue a ser un profesional versátil, eficiente y valioso.
Lo que me motiva cuando me planteo programar
En 2016 empecé a diseñar interfaces. Pista: no eran las mejores del mundo. Empecé con Illustrator, salté a Adobe XD a los años y finalmente uso Figma desde 2021. No abandoné nunca la libreta física, en la que he boceto decenas de wireframes e ideas de producto o de estructuración de webs. En 2017 hice un curso de Google Actívate sobre Desarrollo de Apps Móviles (si te interesa, ¡puedes explorarlo aquí!). Me aportó unas bases, pero no me permitió empezar a programar. Entre 2018 y 2020 me volví a aproximar a la programación, pero sin éxito: cursos sin acabar, tutoriales que se hacían eternos y en definitiva, abandonos.
En 2020 llegó el primer gran cambio: tener que hacer mi propia web en WordPress. Aunque contaba con una plantilla muy rica en elementos y propiedades de diseño, sentía que se me quedaba corta. Así que decidí mejorar el diseño añadiendo algo de CSS. Abrir la pantalla de edición de código fue casi terrorífico. Con mucho esfuerzo y en un proyecto que duró (en un inicio) 2 meses, conseguí tener una web única, customizada a mi gusto y lo más importante, muchos conocimientos nuevos en esta área.
No supe cuánto me ayudó esto hasta tiempo después. Ahora, en 2023, esos conocimientos que adquirí de manera autodidacta diseñando mi propia web me han servido para:
- Retocar errores y cambiar pequeños elementos para mejorar la usabilidad
- Desarrollar otras webs con WordPress entendiendo la estructura y organización de la interfaz más allá del prototipo
- Diseñar productos digitales desde la idea hasta el prototipo final enfocado a que sean comprensibles para los desarrolladores de software
- Realizar la hoja de estilos en CSS y JSON para sentar las bases del producto a desarrollar en un proyecto específico
¿Cómo lo hice? No he vuelto a hacer ningún curso intensivo, salvo uno de conceptos de programación. El aprendizaje ha venido con la práctica, y es aquí donde está la clave.
Motivación intrínseca antes que la extrínseca
Aprender por obligación suele conducir a la frustración. Esta, a su vez, puede considerarse como un fracaso al no alcanzar nuestras metas, disminuyendo la motivación (del miedo al fracaso habla mi compañera Alba Hurtado en este post). La motivación que se suele relacionar con la programación es la esperanza de un mejor trabajo, de un mayor sueldo y de una estabilidad. Sin embargo, siempre va a ser una motivación extrínseca y dificultará el camino hacia nuevas áreas de conocimiento.
Aquello que siempre conduce al aprendizaje seguro, a asentar conocimientos y a saber aplicarlos y mejorar durante toda la vida es la motivación intrínseca. Este tipo es cuando nos movemos por el interés propio, por el gusto de aprender, por nuestro propio bien, sin aspirar a hacer las cosas por dinero (por ejemplo). Además, el aprendizaje y el desarrollo de uno mismo siempre conduce a romper con la rutina y salir de la zona de confort (de la que te hablo en este post)
A día de hoy, motivada por los proyectos que se me ponen por delante, tengo como objetivo seguir entendiendo la programación y los diferentes lenguajes para ser más capaz de llevar mis diseños al código de manera sencilla y sin intermediarios.
Aprendizaje basado en la práctica: adquirir conceptos e integrarlos en tu proceso
El aprendizaje basado en la práctica va más allá del libro de texto: traslada a los estudiantes de cualquier edad problemas reales para que sean resueltos con sus conocimientos. Gracias a una motivación y a un refuerzo positivo de sus acciones, conducirá en la mayoría de los casos a un aprendizaje profundo y transversal, relacionado con otras nuevas áreas de conocimiento (si quieres aprender más sobre esto, te recomiendo mi proyecto final de máster, que puedes leer aquí). Aquello que se aprenda de esta manera será más fácil de utilizar en el futuro, más allá del clásico ejercicio de aula. Todo sucede cuando aquello que se ha de aprender resulta significativo para el estudiante, relevante y por lo cual, motiva la dedicación de tiempo y esfuerzo en su concepción. Además, el aprendizaje basado en la práctica permite desarrollar varios puntos fuertes de gran interés para la vida laboral posterior.
Hacer frente a desafíos
La verdad es que hay actividades o áreas de conocimiento (como lo es para mí la programación) que pueden asustar cuando te enfrentas a ellas sin una base previa. A veces, sentirnos abrumados es parte del proceso, pero he aquí el secreto: enfrentarse al desafío de aprender a través de la práctica es clave para superar esos miedos y frustraciones que nos acechan en cada intento fallido. En mi experiencia, cada vez que puse en práctica mis conocimientos en HTML y CSS y que me esforzaba por conseguir nuevos hitos poniendo en práctica lo aprendido, notaba que mi confianza y habilidades crecían. Al siguiente intento, si has trabajado con motivación, es más posible que conserves los conocimientos adquiridos y te sirvan de trampolín para ir más allá. Y al final, como dice el dicho popular, la práctica hace al maestro.
Flexibilidad y adaptabilidad
Con el aprendizaje basado en la práctica, podemos adaptarnos a cualquier situación o ámbito, aunque no sea nuestro punto fuerte. Además, si nos ponemos en el rol de docentes, haremos que todos los estudiantes se sientan atendidos, ya que podemos personalizar la enseñanza (porque no todos consolidamos ideas de la misma manera, como te conté en mi post anterior). Como estudiantes, nos enfrentamos a situaciones reales y aprendemos a adaptarnos a medida que vamos solucionando problemas. Esto nos enseña a ser flexibles y a ajustarnos a las circunstancias cambiantes. Además, ser capaces de adaptarnos nos hace sentir más seguros y preparados para asumir nuevos retos. En un contexto mundial donde es difícil predecir una estabilidad duradera, las habilidades de adaptabilidad que aporta esta forma de aprendizaje son de gran interés: pueden servir para ayudarte con nuevos conocimientos o para cambiar de trabajo y adaptarse de la mejor forma posible.
Fomentar la motivación intrínseca
Si hay algo que mueve montañas, es nuestra motivación intrínseca. Cuando aprendemos algo por la práctica, si descubrimos que es lo que realmente nos gusta y nos motiva, seguramente nos esforzaremos más y alcanzaremos nuestras metas. Esta motivación interna es como un motor que nos impulsa constantemente, mucho más potente que cualquier recompensa externa. Así que, como consejo, no te preocupes o conformes con la recompensa más inmediata, ¡enfócate en lo que te gusta y domina nuevas áreas de conocimiento gracias a la motivación que nace de ti mismo!
Aprendizaje a lo largo de la vida
El aprendizaje basado en la práctica nos convierte en aprendices constantes, siempre dispuestos a descubrir nuevas experiencias y conocimientos. Buscar continuamente cómo mejorar, qué información, ampliar e indagar para encontrarla es una práctica que nos ayudará mucho en cualquier ámbito laboral, ya que aspira a la mejora constante. Esta actitud nos permite seguir creciendo y desarrollándonos a lo largo de nuestra vida, sin importar cuáles sean nuestros intereses o cuánto se relacionen con lo que estudiamos en el pasado. Al adoptar un enfoque práctico en el aprendizaje, te aseguras de que la llama de la curiosidad nunca se apague y puedas crecer y evolucionar.
Conclusión
Enseñar en la escuela a resolver problemas de cualquier índole mediante la práctica ayudará a aumentar la confianza de los estudiantes en sí mismos. Además, también incrementará su motivación intrínseca, su flexibilidad y la autonomía. En el futuro, permitirá que estos niños se conviertan en profesionales que se autogestionan, que trabajan movidos por el interés en el campo y no por una cuestión monetaria.
Pero esta forma de trabajar no es únicamente para estudiantes de escuela. Todas las personas, independientemente de su edad, pueden encontrar en sí mismos algo que les motive, una acción o área especial, donde nadie como ellos pueda trabajar o investigar. A cualquier edad es posible establecer un cambio y empezar a mover tus acciones por la motivación y satisfacción personal. En muchos ejemplos, cuando aplicamos la motivación enfocada en las nuevas áreas de conocimiento, nos conduce al aprendizaje, y si establecemos un aprendizaje práctico será más fácil que todas nuestras ideas conecten entre sí. Establecer conexiones mentales hará que nuestros procesos y soluciones sean más ágiles, adaptadas al cambio y ricas en su totalidad.
A menudo encontramos reticencias para aprender algo fuera de nuestro ámbito. El sistema escolar actual, hasta la universidad (salvando carreras más practicas como Bellas Artes), promueve un aprendizaje compartimentado. Varias asignaturas que no se relacionan entre sí por mucho que sean bien cercanas. Aprender a romper esta barrera, a tender puentes de conocimiento, ya sea en la escuela o en el entorno laboral, es clave para alcanzar soluciones de más valor y eficiencia para cada necesidad. Así que no lo dudes más, encuentra aquello que te motiva y sigue aprendiendo durante toda tu vida. Y no importa tus intereses o la relación con tus estudios principales, ¡la diversidad y la curiosidad es poder!